lunes, junio 17, 2013



¡Buenas noches a mis simpáticos seguidores! Ahora que he tomado carrerilla, haber si le doy un buen avance,  a esta historia de amor por el cante. Lo que les voy a contar desde este capitulo en adelante, es todo lo que me a pasado en estos casi 11 años, que se cumplirán muy pronto.
En aquel encuentro con Quintana, me dijo que me lo pensara, me dio su numero de teléfono y que le contestara en 2 o 3 días como mucho,  si le daba una respuesta negativa, el tendría que seguir buscando cantaora para su grupo, no hizo falta tanto tiempo para contestarle.
 Después de ese encuentro maravilloso en esa cafetería y de esa propuesta para mi inolvidable, volvemos a casa.
Para que entendáis la situación en cual  me encontraba os la voy a contar.                                                                                                                                                                  En ese tiempo nosotros teníamos un negocio derivado de la agricultura que era unas huertas con invernaderos incluidos, mi esposo sembraba hortalizas, recogíamos el fruto y lo vendía en mercadillos,   en Villanueva de la Fuente, y Castellar de Santiago también llevaba a Cózar, Puebla del Príncipe y Montiel, pueblos cercanos al nuestro, imaginaos el trajín que teníamos, llevábamos gente trabajando con nosotros, y yo era la seleccionadora, los tomates iban seleccionados por tamaño y color, grandes, pequeños, rojos y menos rojos, también cuidaba a mi suegra, y todas esas profesiones de las que os hable anteriormente.                                                                                                                                                               Pues bien al llegar a casa,  hablo con mi esposo y le pido opinión, le digo que  estábamos con muchísimo trabajo, la respuesta que me dio fue justo, la que yo quería oír, este hombre mío que es un sol, no me corto las alas sino mas bien me las reforzó para que yo volara bien alto, no puso inconvenientes ni obstáculos ningunos, pensó que era la única oportunidad que yo tenia para realizar ese sueño de toda una vida, me dijo que yo podía hacerlo y además valía para ello, pues es lo yo siempre había soñado, el me dio el empujón que me hacia falta para comprometerme en esta aventura, locura como yo suelo decir, pero bendita locura que me permite alegrar a la gente que escucha mis coplas y mi flamenco, y así hacerles la vida un poquito mas llevadera.
Esa misma noche me dice mi esposo, coge el teléfono y habla con Quintana y le dices que si. Continuara…….Saludos a mis lectores,  y hasta mañana si Dios quiere.


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